Magnesio

El magnesio es un elemento que encontraremos de forma abundante dentro y fuera de nuestras células, cuya importancia radica en su participación en múltiples reacciones bioquímicas que incluyen la formación de proteínas, función muscular, función nerviosa, conducción neuro-muscular, control de la glicemia y presión arterial. Aproximadamente un 60% se encuentra en hueso, 20% en músculo y el restante 20% en tejido blando e hígado.

¿Dónde encontramos el magnesio en la dieta?
Se sugiere que un 10% se obtiene a través del agua (cuando ésta es mineralizada), el resto en la clorofila de las verduras (como lechugas, espinacas, rúcula), nueces, leguminosas y en menor proporción en las carnes, cereales y lácteos.

Por su gran valor, estudios realizados en Estados Unidos sugieren que aproximadamente un 50% de la población se encuentra en déficit de magnesio, principalmente por el alto consumo de comida procesada y pocas verduras.

La mayor parte del magnesio ingerido es absorbido por el intestino delgado, excretándose el exceso a través de la orina y las heces.

¿Qué sucede cuando tengo déficit de magnesio? Los principales síntomas son irritabilidad, debilidad muscular y un ritmo cardiaco irregular.

Regularmente se puede satisfacer el requerimiento diario de magnesio únicamente con una alimentación balanceada que incluya los alimentos antes mencionados, aclarando que existen alteraciones que pueden requerir el uso de suplementación o como forma de tratamiento en situaciones específicas.

¿Cuáles condiciones podrían requerir suplementación?

  • En adultos mayores, el insomnio es una condición en la que la calidad y cantidad del sueño no es satisfactoria, donde el magnesio se ha asociado con mejoras por su rol en la conductividad nerviosa (Abbasi, 2012).
  • Algunas arritmias pueden requerir su uso dependiendo del criterio de su cardiólogo.
  • En personas con mala absorción intestinal, diarrea crónica, así como en el estreñimiento, podrían requerir el uso hidróxido de magnesio (leche de magnesia), para manejar el movimiento intestinal (esto no debe sustituir una adecuada ingesta de agua y fibra, pues el uso del magnesio también produce lo contrario, mayor estreñimiento).
  • El uso de diuréticos (ej. en pacientes con presión arterial elevada) predispone al déficit, por lo que deberá ser monitoreado con regularidad.
  • Aunque no hemos alcanzado suficiente evidencia al respecto, por eso se sugiere en el caso de atletas (principalmente de resistencia) , la toma de magnesio mejora la fuerza muscular. Una de las teorías se basa en que el magnesio colabora en la síntesis de proteínas junto al metabolismo energético contribuyendo al proceso de relajación y contracción muscular (Zhang, 2017).

También puede darse el exceso de magnesio, que aunque es infrecuente, puede ser por fallo renal principalmente o en casos menos frecuentes, por un alto consumo del suplemento produciendo efectos adversos fatales (ej. arritmias malignas).

Es por ello que insistimos en la evaluación médica temprana para detectar deficiencias o excesos y en evitar la suplementación sin previa prescripción.

– Dra. Erika Perez Lara

 

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